En el Colegio Arturo Soria llevamos tres cursos trabajando con el programa de Educación Responsable de la Fundación Botín.
Los profesores del Colegio Arturo Soria teníamos claro qué factores queríamos incorporar en la convivencia de los alumnos, para ello durante estos tres cursos, nuestros niños, gracias a los recursos del banco de herramientas han estado expuestos a diferentes situaciones (por medio de cuentos, poesías, anuncios, vídeos, canciones…) en los que han trabajado el desarrollo afectivo (autoestima, empatía y expresión emocional), cognitivo (autocontrol, toma de decisiones y valores saludables) y social (habilidades de interacción grupal, habilidades de autoafirmación y capacidad de oposición asertiva).
Gracias a la magia de los cuentos que trabajamos en el colegio Arturo Soria, hace tres años, nos vino a visitar a través de nuestra pizarra digital, El mago de la palabra y su amigo Áureo. Durante este tiempo nos han contado cuentos tan fantásticos como “El pequeño conejo blanco”, “La cebra Camila”, “La ovejita que vino a cenar”, “El mago goma” y “El punto”. Nos hemos trasladado a un mundo donde todavía no existían los cuentos y las historias viajaban de “boca a oído”, nos metimos en el sueño de Áureo, le pusimos el nombre de Pablo al mago porque como hacía tanto tiempo que nadie le llamaba se le había olvidado su nombre, incluso le enviamos “la mejor mascota del mundo” a la que le encantaban los libros.
La última vez que le vimos nos dijo que podríamos vernos en persona y que nos contaría un cuento. También nos comentó que como viajaba mucho a veces se aburría en sus viajes y nos pidió que si le podíamos hacer un juego. Así que nos pusimos manos a la obra. Entre todos pensamos que tenía que estar relacionado con los cuentos y además tenía que ser un juego con el que pudiese jugar con su amigo Áureo. Consistía en ir avanzando por las casillas y contestar a preguntas relacionadas con cuentos trabajados en clase. Cogimos cartulina, pegamento, buscamos portadas de cuentos, inventamos preguntas relacionadas con ellos, lo firmamos y le llamamos “Artucuentos”
